LA REFORMA UNIVERSITARIA
En el siglo XX la influencia de la Universidad se extendía en múltiples ámbitos, fue a partir de 1918 cuando su carácter rector adquirió una fuerza inusitada.
En junio de 1918 la "Juventud Universitaria" de Córdoba inició un movimiento por la genuina democratización de la enseñanza, que cosechó rápidamente la adhesión de todo el continente. Este movimiento fue conocido como "Reforma Universitaria", de origen de la Córdoba del siglo XX. La utopía Universitaria del 18 se anticipó medio siglo al "Mayo Francés" y se extendió su influencia a todas las Universidades argentinas y Latinoamericanas.
Se formaron las nuevas generaciones de jóvenes que comenzaron a luchar con el objetivo de modificar el sistema de privilegios existente en la Universidad y de lograr cambios en las sociedades que vivían. En Argentina el número de estudiantes que asistían a las tres únicas universidades del país (Córdoba, Buenos Aires, La Plata) había aumentado de 3000 a 14000 entre los años 1900 a 1918. La mayoría eran hijos de inmigrantes de familias de los sectores medios de la Sociedad, en 1918, pasaron a integrar masivamente el movimiento que modificó sustancialmente la educación superior del país.
No es casual que el movimiento reformista haya surgido en momentos de transformación Nacional y Universal, y precisamente en Córdoba. Esta Universidad era la más tradicional, y donde pesaba más la organización rutinaria de la enseñanza y la ortodoxia católica.
Con este movimiento, se trataba de lograr la participación plena del estudiando como ciudadano de la República Universitaria, capaz de elegir y ser elegido. ¿Qué se buscaba lograr?, se buscaba aumentar el dogmatismo imperante mediante el establecimiento de la docencia libre, que aseguraría la existencia de cátedras paralelas o nuevas, finalmente, la libre asistencia a clase permitiría a los alumnos prescindir de oír a profesores cuyos conocimientos no creían, la Reforma pretendía plantea temas de proyección latinoamericana y expresaba anhelos de solidaridad con los obreros, cuya lucha en pro de la redención social estaba dispuesta a apoyar.
El Litoral (Santa Fe) y Tucumán que funcionaba con la Ley Avellaneda , aprobada en 1885, les daba autonomía para trazar sus planes de estudio y libertad de cátedra, Pero la Ley no impedía que verdaderas oligarquías de profesores tuvieran el monopolio de la enseñanza, principalmente en Córdoba, donde persistían la tradición colonial y la influencia eclesiástica. Esto derivó en la Reforma Universitaria, un movimiento juvenil que abrió los claustros a las corrientes modernas del pensamiento.
Las protestas comenzaron a partir de los recién creados centros de estudiantes, contra la exigencia de asistir a clase y por la deficiente organización del Hospital de Clínicas. Se fundan entonces las federaciones Universitarias (Córdoba, Buenos Aires, La Plata) "Roca, Osvaldo Loudet, Alfredo Orgaz, Arturo Capdevila, Gabriel del Mazo y Julio Gonzáles", entre otros lideraron el movimiento juvenil.
El ministro de Instrucción Pública, José Salinas, les permitía mediar un tema cultural clave, manejado hasta entonces por los "notables" de siempre. Se interviene la Universidad de Córdoba y se realizan las primeras reformas, pero la manipulación de la elección del nuevo Rector por los grupos tradicionales agudizo el conflicto.
Los estudiantes declaran la huelga, ocupan la sede la Universidad, solicitan una nueva intervención y definen sus aspiraciones: "Gobierno Tripartito con la participación de profesores, alumnos y graduados, autonomía, asistencia libre, docencia libre, régimen de concursos, prioridad de la cátedra, bienestar estudiantil, extensión universitaria, libertad de juramento"
La universidad de Córdoba, fundada en 1613, fue durante varios siglos el principal centro de selección de las élites gobernantes locales. Era una Universidad influida por la Iglesia Católica y por un grupo de familias aristocráticas, cuyos apellidos se repetían en la titularidad de las cátedras a través de generaciones.
En un clima marcado por el escolasticismo, todo planteo social, educativo, o pedagógico renovador era cuestionado por las autoridades.
En 1918, los estudiantes cordobeses, decidieron poner punto final a una atmósfera intelectual que percibían como asfixiante. Su movilización se encontraba favorecida por dos factores, en primer lugar, un contexto internacional en el que se hace eco de la Revolución Mexicana y la Revolución Rusa parecían abrir las puertas a cambios sociales profundos. En segundo lugar , la presencia de estudiantes descendientes de inmigrantes chocaba con la endogamia social que reproducía la Universidad.
El 15 de junio, la elección de Antonio Nores, perteneciente a la logia católica "Corda Frates" como rector de la Universidad Nacional de Córdoba fue el detonante. Los estudiantes ocuparon el salón de Grados y exigieron el gobierno tripartito de la Universidad: "Representación de estudiantes, docentes y graduados, el llamado concurso para ocupar los cargos docentes y el fin de la influencia clerical en las aulas".
Es Estatuto del Dr. Rafael García, la autoridad universitaria, fue derribado de su pedestal, el hecho reflejaba simbólicamente el fin de su época.
El 23 de junio, el socialista Alfredo Palacios, viajó a Córdoba y encabezó una manifestación alrededor de 10000 personas. (FUC: Federación Universitaria de Córdoba) fundada el mes anterior, dio muestras de una importante capacidad de movilización.
EL CORDOBAZO
En mayo de de 1969, el descontento popular contra el régimen militar, instaurado hacía tres años, cuando derrocó al presidente constitucional Arturo Illia, comenzó a manifestarse con huelgas y marchas en las ciudades más importantes del país.
Movilizaciones obreras y estudiantiles que se suceden contra un gobierno, que además de conculcar las libertades públicas y ejercer una férrea censura, imponía una política de congelamiento de salarios de la mano de Adalberto Krieger Vasena, un ministro de Economía ligado a las corporaciones.
Tras las quejas de las cámaras empresariales, Krieger, resuelve derogar la Ley del "Sábado Inglés", una medida que establecía que cada hora trabajada después de las 13 de ese día debía pagarse doble.
Desde 1967, la CGT se encontraba dividida en dos: la "Azorpado", liderada por el metalúrgico Augusto Vandor, de una tendencia dialoguista, y de los "Argentinos", conducida por el gráfico Raimundo Ongaro, opuesta abiertamente al régimen.
En Córdoba, donde también persistía la división del movimiento obrero, se alcanzó rápidamente un acuerdo entre las dos centrales frente a la necesidad de oponerse a la eliminación del "sábado inglés"
De esta forma, Agustín Tosco -dirigente de Luz y Fuerza, enrolado en la izquierda clasista y referente de la CGT de los argentinos- acordó junto con Elpidio Torres (SMATA) y Atilio López (UTA)- ambos de extracción peronista- la realización de un plan de lucha. El viernes 16 de mayo, los trabajadores realizaron un paro por 24 horas con alto acatamiento.
El barrio cordobés de Clínicas, donde residían buena parte de los estudiantes que cursaban en la Universidad Nacional de Córdoba, se realizaban asambleas y manifestaciones en respaldo a las reivindicaciones obreras.
El miércoles 21, los dirigentes gremiales redoblaron la apuesta y convocaron a un paro activo de 37 horas que se iniciaría a las 11 del jueves 29. La idea era desafiar al gobierno con una gran demostración de fuerza; una manifestación numerosa que surgiera desde el cordón industrial y llegara al centro de la capital cordobesa.
A las 11, la ciudad estaba llena de manifestantes que llegaban desde los barrios de Santa Isabel, Villa Revol, Ferreyra, La Calera, Alta Córdoba y Alberdi, en tanto que, desde Clínicas, marchaban los estudiantes. Los primeros choques se dieron en torno a los puentes sobre la Cañada del Suquía, y, cerca de las 13, la policía no pudo contener los movilizados.
La policía quedó desbordada, el gobernador, desesperado, llamó a Buenos Aires para pedir ayuda, y Onganía le ordenó al Tercer Cuerpo de Ejército a retomar el control de una capital mediterránea que era sobrevolada por aviones de la Fuerza Aérea,
Si bien el Ejército evitó el combate nocturno, retomó barrio por barrio del control de Córdoba en las primeras horas del martes 30, mientras dispersaba a los últimos grupos de manifestantes.
Tosco fue detenido en la sede de Luz y Fuerza y se lo sometió a con Consejo de Guerra que lo condenó a 8 años de prisión, al igual que Torres, López y otros dirigentes. Sin embargo, tras 17 meses de prisión, todos los dirigentes detenidos recuperaron la libertad y volvieron a Córdoba para retomar la actividad sindical.
El líder de Luz y Fuerza, retornaría a la cárcel dos años después como consecuencia de "El Viborazo", otra multitudinaria protesta obrera que convirtió a la provincia.
El "Cordobazo" dejó más de 30 muertos y centenares de heridos. La consecuencia inmediata significó la pérdida de la legitimitud de Onganía, que se manifestó con la renuncia de Krieger Vasena el 4 de junio.
Un año después del "Cordobazo", la organización Montoneros secuestraba y mataba al ex director Pedro Eugenio Aramburu, quien en 1956 había ordenado fusilamiento de los generales Juan José Valle y Raúl Tanco, y el asesinato del militantes peronistas en José León Suárez. Este hecho desencadenó, en junio de 1970, la caída de Onganía en el contexto de un golpe propiciado por el entonces jefe del Ejército, Alejandro Lanusse, que designaba como presidente al general Roberto Levingston.
"El Cordobazo" constituyo el comienzo de una etapa de movilización popular que se prolongó hasta mediados de la década de los '70, y que determinó que muchos jóvenes abrazaran la causas de la revolución, en un tiempo en el que parecía que el cielo podía tomarse por asalto.
Se anexa vídeo:
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